jueves, 9 de octubre de 2008

Los Presupuestos alientan la división de la derecha navarra


Los Presupuestos Generales del Estado van camino de convertirse en motivo de divorcio para el PP y su hasta ahora “filial” navarra, Unión del Pueblo Navarro. La negativa de los regionalistas a apoyar la enmienda a la totalidad que el PP ha presentado en el Congreso a las cuentas estatales ha motivado un cruce de acusaciones que podría conducir al final de la coalición entre ambas formaciones, y la subsiguiente constitución de un PP navarro con estructura propia.

El plazo de esta deriva ya está fijado. El próximo 23 de octubre los dos diputados de UPN tendrán que decidir entre respetar la decisión del último Comité Ejecutivo de su formación, que optó por la abstención, o hacer caso a las llamadas a la unidad de acción emitidas desde Génova. Sin embargo, a pesar de la inminencia de la votación, las posiciones parecen alejadas. El Partido Popular, hasta hace poco conciliador en cuanto a la posibilidad de resolver la crisis, emitía ayer un nuevo comunicado en el que expresaba que la falta de apoyo a la enmienda presentada por el PP “supondría que UPN actúa en contra del acuerdo y provocaría una ruptura unilateral por parte de UPN, ruptura que se produciría sin necesidad de denuncia a través de los hechos consumados”. Lo más novedoso es la amenaza implícita a conformar una estructura propia en la Comunidad Foral, al apuntar el comunicado que “es absolutamente irrenunciable para el PP garantizar la presencia de nuestro proyecto político en todo el territorio nacional y, por lo tanto, en Navarra”.

Del otro lado, el diputado regionalista Carlos Salvador afirmaba ayer ante los periodistas que él apuesta por la abstención, argumentando que “en Navarra no valen las dinámicas PP-PSOE o izquierda-derecha que hay en el resto de España. Allí los socialistas nos apoyan en casi todo, existe una relación muy fluida, y algún peaje lógico debemos pagar para separarles de Nafarroa Bai”. Por su parte, el presidente navarro y líder de UPN, Miguel Sanz, parece haber comenzado a calibrar las consecuencias del fin de la coalición. “Yo creo que para UPN no sería ni malo ni bueno, de lo que sí estoy convencido es de que sería malo para el PP”, explicaba el domingo en los actos de conmemoración de la Virgen del Pilar en Pamplona.

El PSN-PSOE, en medio
Los populares no tardaron en responsabilizar al Partido Socialista de la decisión de UPN de abstenerse a la enmienda presupuestaria, resultado de “una coacción clara, abierta y diáfana”, en palabras del portavoz de la formación conservadora, Esteban González Pons. En el PP consideran que el partido de Miguel Sanz se encuentra atado de pies y manos por el PSN, que permite el gobierno en minoría de los regionalistas en la Comunidad Foral. Precisamente, la falta de acuerdo entre los socialistas y los nacionalistas de Nafarroa Bai, decidida desde Ferraz tras las elecciones autonómicas de junio de 2007, permitió la reelección de Sanz como presidente de la Comunidad.

Desde el PSOE, su vicesecretario general, José Blanco, alababa ayer la decisión de UPN de abstenerse en la votación de los presupuestos, una determinación que consideró “responsable y adecuada”, al tiempo que negó cualquier tipo de presión por parte de los socialistas navarros en este sentido. “Quiero desmentir que UPN haya sido presionada o chantajeada como algunos quieren poner de manifiesto”, sentenció Blanco, tras afirmar que su partido nunca ha amenazado con una moción de censura en el Parlamento navarro.

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